lunes, 29 de noviembre de 2010

Tengo una espada que ni el rey Arturo es capaz de sacar
una que me protege de los venenos, de los insultos y del odio
Tengo una comarca mas chica que las de un hobbit para esconderme
cuando el frio este por venir.
Pero soy ciega, muy ciega que necesitaría los ojos de las hydras para ver cada ser maligno que puede acercarse a mi corazón.
Mas no serán poderes mágicos
pero es lo que me mantiene
alejado de esta posible catástrofe psicológica

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